sábado, 12 de abril de 2008

Pintura

Pinceles

Breve clase de pintura

La mañana es, sin duda, celeste. Se agarra el pincel, se mezcla bien el azul con un buen poco de blanco, se le agrega un chorrito de agua y ya está: pueden pintar una mañana perfecta.
La tarde también es fácil de pintar: es amarilla o mas bien ocre, sólo si hace mucho frío puede ser un poquito más clara.
La noche, todos estamos de acuerdo en que es negra. O en todo caso azul oscuro. Así que pongan un poquito de cada uno de estos colores en la paleta, los mezclan bien y ya tienen el color exacto de la noche.
La soledad en cambio, es rosa. Toda de un rosa parejito, sin dudas ni sobresaltos, continua y aburrida como un cielo, no como la tristeza que es marrón pero despareja, con nubes claras y oscuras, ni como el dolor que para pintarlo, deben cubrir la tela con rosa pero después adornarlo con finas rayitas rojas.
La alegría es verde. De un verde fresco salpicado de gotitas amarillas que se hacen sacudiendo con el pulgar los pelitos del pincel.
El amor es rojo, como todos saben, pero siempre hay que agregarle un poco del transparente tiempo para que brille más, pero no demasiado pues puede diluirse y quedar rosa, que como dije, es el color de la soledad.
Para pintar la amistad, que es una de las más difíciles, deberán mezclar, rojo, amarillo y blanco, hasta lograr un anaranjado tenue como ese de los duraznos cuando empiezan a madurar y desparramarlo sobre la tela con cuidado, sin que se noten demasiado las pinceladas.
Otra difícil es la sabiduría: hay que poner un poquito de azul sobre el rojo y agregarle blanco y plata hasta lograr el tono justo, que sólo puede imitar aquel que llegó a lograrlo alguna vez.
Hay cosas como el misterio, el suspenso y la emoción, que no tienen un color definido y sólo se consiguen con habilidad en los trazos o la mayoría de las veces por casualidad, por lo que hay que estar siempre atentos.
Hay también algunos secretos que conviene saber: tener los colores en orden y los pinceles limpios. Nunca deben mezclar, por ejemplo, la soledad con la alegría ni el dolor con el aburrimiento. Pero si una tarde es demasiado larga se puede seguir pintando la noche sin lavar el pincel, y si el dolor es mucho, las rayitas rojas pueden ser más gruesas y no hay problema.
Siempre deben tener a mano la pintura blanca, que es el color de la nada, por si hay que olvidar algo o se exageró algún sentimiento.
Lo demás corre por cuenta de cada uno, las pinceladas deben dejarse correr sin esfuerzo, cargando el pincel como se nos de la gana o como nos resulte más fácil y no dejando ningún lugar de la tela sin pintura ya que por allí puede escaparse el tiempo, que carece de color y no perdona. ¡Y sin miedo eh!, que si algo sale mal, siempre se puede corregir, no como en la vida real, que lo hecho, hecho está y no hay nada que hacer. Además como el miedo también es negro, puede parecer que hemos pintado solamente noches y volverse todo rosa parejito de aburrido, como cuando nos apretamos los párpados cerrados para ver esas luces extrañas que guardamos en los ojos.
Por ahora no intenten pintar la eternidad, sólo los grandes pintores descubrieron, casi siempre sin sospecharlo, su misterioso color. Así que confórmese con lo que les acabo de enseñar y prepárense para la próxima clase, en la cual les mostraré como se pinta el silencio y los colores de la juventud y de la furia. Además, no se apresuren y tengan paciencia que para la eternidad siempre hay tiempo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Acuarela? ¿Acrílico? ¿Guache? ¿La antigua aguada de tinta?

Óleo no. Con óleo superponemos una pincelada a otra y la locura será irrecuperable...

Sofocador dijo...

Pongamos que sean...¡acrílicos!.

Con óleos... ahora no hay tiempo de esperar a que seque una capa para aplicar un velado o un barniz.

A menos que sean óleos virtuales....que también los hay.

Anónimo dijo...

¿Por qué rosa la soledad?

No creo que la soledad sea rosada... Yo creo que la soledad es gris, con un poco de azul.

Sofocador dijo...

Hola Thelma, gracias por pasar.

La soledad no siempre es triste, por eso no usé el gris...pero si tú la ves asi, no hay problema.
(Picasso pintaba los ojos donde van las orejas y la boca sobre la nariz y sin embargo todos entendemos sus "retratos")

Anónimo dijo...

La soledad cuando no es elegida, cuando es impuesta, siempre es negra.

Como un pozo sin fondo.

Anónimo dijo...

Señor Citizen, usted tiene toda la razón... y lo ha escrito muy bien.

Sofocador, siempre pienso la soledad como un estado. Puede ser un estado en el sentido de una situación que perdura en el tiempo, o bien un estado de ánimo. Pero siempre la pienso como algo triste.
La soledad, cuando se elige, cuando se disfruta, no perdura, no se siente, simplemente transcurre.

¿Cuál es el color de la alegría, mezclada con cansancio?
Esa alegría que aparece al lograr una meta para la que mucho se ha trabajado y que, al alcanzarla, nos llena de felicidad... pero una parte de nosotros más que festejar desea simplemente recostarse a descansar.