sábado, 14 de febrero de 2009

Misas

La imagen, los símbolos, los celebrantes y los fieles.
Durante siglos las misas han concentrado la atención de los creyentes y el método ha sido eficaz para transmitir el mensaje del dios.
La celebración de algún mito a través de ritos repetidos muchas veces, ha sido la base sobre la que se apoyaron casi todas las iglesias.
Pero cuando no se cree, cuando la mente no admite la existencia de un ser supremo, cuando se acepta que el hombre no existe por voluntad de nadie y sólo es un organismo más, casual e insignificante entre los posibles organismos de un universo vasto pero cerrado, entonces… ¿Con que llenamos ese vacío?

Con las nuevas misas:



La imagen, los símbolos, los celebrantes y los fieles
En este caso la liturgia recibe el nombre de Opeth, pero hay muchos otros.
El éxtasis, a veces sinónimo de mística, aquí la reemplaza pues no hay Dios. No hay una entidad superior en quién tener fe, en quien creer, de la cual se pueda esperar algo.
La verdad está llena de Nada. (Es Nada), no realidad, interrupción de los sentidos. Los no creyentes se obnubilan con sonidos estridentes, siguen los gestos del “sacerdote”, presencian hasta el final la celebración y se retiran llenos de gozo.
Aún los que niegan la religiosidad necesitan de las misas ¿Por qué a los humanos nos atrae esto?

martes, 3 de febrero de 2009

Carnaval



Cargado originalmente por Malena_c
Entre otros diccionarios y enciclopedias, la wikipedia dice:
A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carne-levare, que significa 'abandonar la carne' (lo cual justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma). Pero no se ha podido explicar el porqué.

La R.A.E confirma:
carnaval.
(Del it. carnevale, haplología del ant. carnelevare, de carne, carne, y levare, quitar, y este calco del gr. ἀπόκρεως).
1. m. Los tres días que preceden al comienzo de la Cuaresma.
2. m. Fiesta popular que se celebra en tales días, y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos.
3. m. despect. Conjunto de informalidades y actuaciones engañosas que se reprochan en una reunión o en el trato de un negocio.

En realidad, esta celebración, como casi todas las asimiladas obligatoriamente por el “marketing” del catolicismo, tiene origen en ritos muchos más antiguos que el cristianismo. Ritos que ni Philippe Walter en su magnífico libro “Mitología Cristiana” atina con descubrir sin ser influenciado por la pudorosa Iglesia.
Describe antiguas festividades sin aclarar muy bien su motivo y hasta menciona a una Diosa Carna que complica aún más las cosas.

La iglesia Católica acomodó estos ritos en el período de 40 días (el año romano antiguo tenía 10 meses de 36 días) que llamó Cuaresma. La cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza (40 días antes del Domingo de Resurrección) y finaliza el domingo de Ramos antes de la misa de la ultima cena de Jesús con sus apostoles.

La explicación, para mi bastante “tirada de los pelos”, refiere que: “la duración de cuarenta días simboliza entre otras cosas, el retiro de Jesús 40 días en el desierto previo a su ministerio y el retiro de 40 días de Moisés en el desierto. También simbolizan los 40 días que duró el diluvio, además de los 40 años de la marcha del pueblo Judío por el desierto y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.” A lo largo de este tiempo, los fieles católicos están llamados a reforzar su fe mediante diversos actos de penitencia y reflexión.
No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. El color litúrgico asociado a este periodo es el morado que significa discreción, penitencia y dolor.

Mi explicación:
A mi entender, el “abandonar la carne” no significa la prohibición literal de comer carne sino la de “cometer el pecado de la carne”. Y esto sí tiene un motivo fácilmente explicable en los tiempos pretéritos. Cualquiera que haya manejado un rodeo de hacienda, sabe que si deja preñar las hembras en fechas que harán que los terneros nazcan al inicio del invierno, tendrá que enfrentar una gran mortandad en esas pariciones.
Los pueblos del hemisferio norte habrían establecido esta prohibición entre la gente durante el período enero-marzo, para evitar que los bebes nacieran en lo más crudo del invierno y escasez de alimentos. Por lo tanto, la fiesta de “Carnaval” consistía en esos tres o cinco últimos días en que se podían mantener relaciones sexuales antes de la prohibición.
Por eso quizá, el característico libertinaje que puede apreciarse aún hoy, en lo que hemos heredado de esta fiesta.
Posteriores modificaciones del calendario corrieron un poco estos días, por lo que es difícil visualizarlo así hoy, cuando además, pese a que los inviernos siguen siendo muy crudos, las salas de parto tienen calefacción y los supermercados ofrecen sus productos todo el año.